Con la cama deshecha
Amanezco
más desnuda
en primavera,
el imaginario
de mis piernas
sacude
el olor
de mis dulces,
¡las condenas!
Te llamo
con el movimiento
de una brisa tenue
en mi alcoba,
y te recuerdo
paseando las líneas
que dibujé
en mi cama.
Yeilín Blanco © 2009
26 de agosto de 2009, 6:36